Las alegres callejuelas del centro de la ciudad estan construidas con morteros pintados de blanco y piedras incrustadas.
Cada calle lleva a pequenas plazas, que no son mas que centros de reunion, como grandes patios a los que dan las viviendas, y que con pergolas de maderas rusticas y plantas trepadoras son un respiro de sombras en el calor del verano.
Las calles en las ciudades de las Islas Cicladas son centros de intercambio social, alli dan las pequenas verandas, donde las personas se encuentran a conversar.
A esas mismas calles angostas dan los balcones, de modo que en algunas de ellas casi llegan a tocarse las manos los habitantes de las casas frentistas, al modo de las ciudades medievales.
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